Con un mes y una semana de confinamiento sobre nuestros hombros, la perspectiva de, al menos, 20 días más de confinamiento (aunque con concesiones) y una, todavía por definir, desescalada “cautelosa” y “progresiva” nos encontramos hoy en una situación muy diferente a la del comienzo de esta crisis.
Para muchos, este período puede estar suponiendo cambios de distinto calado tanto en el contexto externo (familiar, laboral…) como en el interno (salud, percepción de la vida, estados emocionales, preocupaciones, reorganización de prioridades…).
Si el reto al inicio de este proceso era ajustarse y adaptarse a una situación que impone restricciones y grandes limitaciones en la forma de entrenar y con gran incertidumbre sobre los calendarios de competición ahora el reto es reconectar con el rumbo aunque el futuro continúe siendo incierto y cambiante. Si se me permite la metáfora, somos capitanes esforzándonos en mantener a flote nuestro barco, asegurándonos de que todo sigue en su sitio y funcionando mientras nos encontramos en la tormenta. Aquí el entrenamiento sirve como ancla: entrenar ayuda a mantener nuestra rutina cotidiana y, como consecuencia, nuestra estabilidad interna. Pero, a un capitán, no le basta con eso: toca coger el timón y retomar el rumbo. Porque el objetivo final de un capitán no es soportar o sobrevivir a las tormentas, el objetivo es navegar y cada capitán escoge su rumbo. Seguircomprometidos con el entrenamiento es coger el timón que os permitirá manteneros en vuestro rumbo. ¿Cómo?
-Por supuesto, alimentando la estabilidad no solo en el sentido de mantenimiento de hábitos sino en el sentido de contar con una constante en la vida, saber que aunque haya cosas que continúen cambiando, podéis entrenar, de una forma u otra, tanto los aspectos físicos como los psicológicos. Aunque a veces pueda ser necesaria ayuda para adaptar el entrenamiento (como los capitanes necesitan de los faros para no estrellarse en las rocas).
–Dando sentido a todo el trabajo realizado hasta este momento. ¿O estáis dispuestos a modificar vuestro rumbo después de todo lo que ya habéis navegado? Puede que no hayáis podido atracar en algunos de los puertos que teníais previstos, pero en vuestro rumbo continuaréis encontrando puertos, antes o después.
-Como digo, las competiciones volverán ¿y quién llegará en mejores condiciones, el barco que se haya mantenido en rumbo, con todos sus dispositivos a punto, o el que haya estado a merced de los vientos y las mareas?
En definitiva, el mensaje de este post es sencillo: éste puede ser un buen momento para reencontraros con todo el valor que el deporte tiene en vuestras vidas y la herramienta para conectar con ese valor es el entrenamiento. Así que, seguid entrenando. Cuando os veáis cuestionándoos el porqué de dedicaros al deporte (sea al nivel que sea), entrenad; cuando la motivación falle, entrenad, cuando estéis preocupados, entrenad, cuando os sintáis perdidos, entrenad…sólo así conseguiréis mantener el rumbo.
Carmen Vidal Mariño
Psicóloga Especialista en Psicología Clínica